España va bien. Me refiero a la selección de fútbol, que ha vuelto a provocar que reserve un asiento en mi sofá cada vez que vuelve a jugar. Yo soy sincero y lo reconozco, he pasado una crisis con la Roja. Estaba harto de caer eliminados en cuartos de final. Demasiadas veces la misma historia como para intuir que todo cambiaría.
Pero así fue. La Eurocopa de Austria y Suiza ha sido el punto de inflexion. Todas las dudas se han solucionado como por arte de magia. Jugamos mejor que la selección brasileña del Mundial de 1970. Ver a la Roja te produce sensaciones parecidas a la de recibir un masaje de relax durante 90 minutos. Veo la alineación y sólo hay jugadores que aman la pelota, que luchan por hacer mejor a sus compañeros. Xavi es el mejor amigo del balón, nunca le falla. El jugador azulgrana entiende el fútbol como pocos y nos recuerda a todos lo que disfrutábamos cuando jugábamos al fútbol en nuestra infancia. Iniesta es igual, nada parece complicado para él y lo simplifica todo hasta límites insospechados, como si fuera fácil. Arriba tenemos veneno. Villa vive del gol, y muy bien. Fernando Torres ya no es el Niño para nadie. Es un abusón de las defensas rivales, que rezan para que el del Liverpool no tenga un buen día. Incluso se ha olvidado de sus continuos cambios de look para centrarse en los guardametas enemigos. Pero no hay que olvidar que el artífice de todo esto ha sido Luis Aragonés. A veces me preguntó el por qué renovó haciendo un Mundial desastroso, mientras que se ha ido ganando la Eurocopa (mejor preguntar a Villar).
El Sabio de Hortaleza se ha ganado un puestecito en el corazón de todos los aficionados. El carácter bizcochón de Del Bosque no es suficiente para que le olvidemos. Yo echo en falta sus cabreos, su prepotencia con los periodistas y, sobre todo, tener la seguridad de que hay alguien que entiende qué es el fútbol. Gracias abuelo!!!.
