La Caja Mágica sólo es para VIPS


El otro día me acerqué a la Caja Mágica para ver una jornada del Master Series Tenis de Madrid. Había escuchado muchas críticas en los medios de comunicación sobre las instalaciones. Que si aún había cosas que rematar, que si no era fácil aparcar gratis en la caja mágica, que si no había descuentos para las entradas, que si no se conocían los horarios de los partidos, que si patatín, que si patatán… Sin embargo, mi sorpresa fue comprobar que es un torneo muy clasista.

Pues sí, dos niveles claramente diferenciados: los VIPS y los que no lo somos. Y me incluyo con orgullo en los del segundo grupo. Me explico. Nada más llegar a la Caja Mágica te llama la atención ver a gente que por su indumentaria parece que va a asistir a una boda. ¿Se casaría Rafa Nadal? No, el número uno del tenis mundial no iba a contraer matrimonio, sólo iba a jugar al tenis. Pero mucho me temo que los VIPS no iban a verle jugar. Iban a presumir de su condición social, superior a la del pueblo llano que fuimos con nuestros Jeans comprados en una oferta en el Springfield. Me hizo gracia ver cómo se miraban unas a otras con recelo, comparando su elegancia o, mejor dicho, el precio de sus vestidos. Absolutamente ridículo.

Cómo llegar a la Caja Mágica
Llegar no les es difícil. La cosa no es la dirección de la Caja Mágica, sino lo que hay detrás. Quizá su ego quedó aumentado en el momento en el que para aparcar tenían que hacerlo en su propio parking, claramente diferenciado para que no entrara nadie que no debiera: “PARKING VIP”. Una vez que entrabas a la Caja había dos zonas de ocio: para los VIPS y para los que debíamos de “oler mal”. La pista principal Manolo Santana también tenía dos partes diferencias, la parte que estaba más cerca de la tierra batida y donde mejor se veía a los tenistas estaba ocupada por los palcos VIPS, la parte superior, en donde hay que tener mejor vista, para los demás.

¿Very Important People? ¿Son ellos más importantes que el resto? Todo lo contrario. Hasta donde yo sé, todos somos iguales. Es mi forma de ser. No me gusta mirar a nadie por encima del hombro, pero tampoco que me miren por encima del mío. La condición social no la da el número de ceros que tengas en tu cuenta corriente. Te la da tu forma de ser y relacionarte con los demás. La Caja Mágica es un complejo público pagado con los impuestos de todos, incluidos los que no somos VIPS. Tenemos todo el derecho del mundo a intentar acceder a los mismos sitios. Porque es tan mía como suya.

Para finalizar me quedo con una anécdota. Los jugadores de tenis tienen la costumbre de tirar sus muñequeras o cintas del pelo totalmente sudadas al público cuando finalizan sus partidos. ¿Quiénes las reciben? Los más emperifollados. Que se jo… fastidien. Que se vayan a casa con su traje de Dior de 6.000 euros oliendo y pringado de sudor. ¡Porque Nadal suda, y mucho!

1 comentario:

  1. Yo fui a la inauguración, al concierto de Lenny Kravitz, y constato que es para vips, pijos y fauna de lo más pintoresca. En cualquier caso, el tenis siempre es así, puesto que en la Casa de Campo el rollito es el mismo. Elitismo disfrazado de entretenimiento para todos los públicos.

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