Una mirada rápida repleta de horizontes. Un sin sentido que adquiere lógica en los caminos perdidos de mi imaginación. Un rumbo hacia la nada que aspira a todo. Algo... mío.
Si yo fuera Mariano Rajoy
Está claro que criticar es el deporte rey del país. Insultamos a los políticos sin piedad día sí y día también. Porque todos tenemos la solución a los problemas que nos golpean diariamente. Yo, no iba a ser menos.
http://www.lamoncloa.gob.es/gobierno/index.htm |
Que conste que ser presidente del Gobierno es algo parecido a ser árbitro de fútbol. Y los ministros son como los jueces de línea. Siempre te van a criticar, aciertes o falles. Está muy claro que el que tenemos ahora se lo está ganando a pulso, pero me gustaría echarle una mano. - Mariano, ahí van algunas sugerencias para que quites a alguno de los ministros que te rodean:
Me he hecho mayor
¿Te has preguntado alguna vez cuando uno realmente se da cuenta de que ya es una persona mayor? Pues no es ni cuando cumples los 18, ni los 30, ni los 40. Tampoco es cuando te casas, o te salen canas, arrugas o pierdes pelo. Una persona es al 100% consciente de que es mayor la primera vez que alguien te pregunta algo… llamándote de usted.
Luego llega el momento de la reflexión. Me di cuenta de que había sido un ingenuo. Un ciego que no se percató antes de la realidad porque llevaba puesta una venda en los ojos con la que me sentía muy cómodo. Porque cómo no había podido ver que cuando hago deporte son contadas las ocasiones en la que no me retiro lesionado…O cómo cuando me acuesto alguna vez de madrugada tardo varios días en volver a ser yo mismo. Todo encajaba. Ya me había hecho mayor.
La braga roja de mi vecina
El “día a día” el es mejor guionista de anécdotas que conozco. Odia el color gris de la rutina. Siempre te sorprende cuando menos te lo esperas. Una fuente inagotable de ideas que no para de crear nuevas situaciones, algunas de ellas, sonrojantes para sus protagonistas.
“Joder, quién será… si no espero a nadie”- suspiré para mis adentros mientras tomaba la decisión hacerme el remolón y no abrir hasta que volvieran a llamar. Esa segunda llamada no tardó en repetirse, por lo que no tuve más remedio que ir a ver quién era. Eché un vistazo por la mirilla para ver si identificaba al personaje, pero ese minicatalejo está inventado por un tuerto, porque distorsiona las vistas y resulta imposible reconocer a nadie. En fin, que me tocó tirar de cuerdas vocales:
Suscribirse a:
Entradas (Atom)